Receta de pizza tradicional
Sencilla, sabrosa y preparada con ingredientes saludables, la pizza napolitana es una condensación de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales que la convierten en un plato completo desde el punto de vista nutricional.
Fue en 1889 cuando el pizzaiolo Raffaele Esposito inventó la pizza napoletana en honor a la reina Margarita de Saboya. Añadió tomate, albahaca y mozzarella para representar los colores de la bandera italiana.
Retirar la pulpa restante de la parte inferior del colador y colocarla con el resto de la salsa. Añadir sal (por cada 100g de tomates, 1g de sal), las hojas de albahaca y un chorrito de aceite de oliva.
Receta de pizza margarita tradicional italiana
La pizza roja se ve envuelta en un nuevo proceso, con la masiva emigración italiana (26 millones de italianos expatriados entre 1850 y 1900), y se convierte en un verdadero estandarte simbólico de su nación[10].
El 25 de marzo de 2011 se presentó oficialmente una solicitud[22] para la inscripción de L’arte tradizionale dei Pizzaiuoli napoletani (el arte tradicional de los pizzeros napolitanos) en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la Unesco. El 7 de diciembre de 2017, la UNESCO anunció la inclusión de esta habilidad culinaria en el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad[23].
Las mejores recetas de pizza italiana
La cocina italiana es una de las más conocidas y populares del mundo. Se caracteriza por sus numerosos y deliciosos platos típicos, que suelen ir acompañados de pan fresco, queso y vino.
La cocina italiana es una de las más saludables del mundo. Es rica en frutas y verduras, aceite de oliva y pescado. También es relativamente baja en carne y queso.
Un pequeño consejo para el final: puedes convertir fácilmente tu pizza en una Regina poniendo unos champiñones y jamón por encima. Buon appetito! y disfruta de tu Pizza margarita (la verdadera pizza napolitana)
La mejor pizza del mundo
La cocción: Como siempre ocurre en la cocina, la cocción es decisiva para el resultado final: – Si desea obtener una pizza extremadamente fina, crujiente y con bonitas “burbujas” como las de los restaurantes, extienda la masa (muy fina) y colóquela en una placa metálica en la parte inferior del horno, a 280° con la única resistencia en la parte inferior (o en una placa cubierta con papel pergamino). – Si por el contrario prefieres una pizza gruesa y muy blanda, extiéndela con un grosor de 5mm, colócala sobre un exopat (o papel sulfú + placa), y cocínala a 190° girando el calor en el centro del horno. En ambos casos, ¡vigila de cerca la cocción!