Es grande, pegajoso, elástico y suave, y es uno de nuestros ingredientes favoritos este verano. Córtelo en rodajas, rómpalo, cocínelo o échelo en las ensaladas.
Mejor que los bocconcini
Esta es una de las formas más fáciles de añadir el factor sorpresa a su cocina: la mozzarella de búfala. Elaboradas con leche de búfala, estas grandes bolas de sabor son más suaves y cremosas que los bocconcini, y tienen un sabor ligeramente más salado y una suave acidez. La mozzarella, desgarrada, tiene un aspecto rústico en ensaladas y platos de pasta.
Si se corta con cuidado, resulta muy útil en los sándwiches y, una vez derretida, aporta esa auténtica textura fibrosa a las pizzas tradicionales.
Cómo preparar la mozzarella de búfala
- Macerar en aceite de oliva virgen extra con una mezcla de hierbas frescas, o rociar con ajo, guindilla o aceite con limón. Servir con pan crujiente.
- Acompáñela de rúcula o espinacas y fruta de temporada, como los melocotones, en una ensalada.
- Para una ensalada italiana clásica, coloca en un plato rodajas de tomate, mozzarella de búfala y cebolla roja. Cubra con hojas de albahaca fresca.
- Para un antipasto divertido, desmenuza y fríe enteros, y sírvelos con pan para untar.
Cómo conservar
La mozzarella de búfala se consume mejor en el día siguiente a su apertura. Para conservarla, guárdela en su líquido en un recipiente hermético en la nevera.